Hay que matarlo bien muerto.

Esta noticia apareció durante la semana en LUN.

A pesar de lo insólito de la situación la verdad es que no me sorprende demasiado porque no es la primera ni será la última vez que pasa, simplemente porque en Chile las instituciones funcionan, y la burocracia es una institución con todas las de la ley. Incluso podrían hacer un ministerio de la burocracia que se dedique con apremio y exclusividad a joderle la vida (y la muerte) al ciudadano común y corriente.

A más de alguno de nosotros alguna vez en la vida nos han pedido, teniéndonos al frente y mirándonos a la cara, un certificado de nacimiento para certificar que hemos nacido porque no vaya a ser cosa que seamos un fantasma o que por milagro estemos vivitos y coleando sin haber nacido y hayamos llegado al mundo por teletransportación.

Si alguien quiere saber que yo soy efectivamente yo ¿No sería más fácil pedirme el carné de identidad?

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